Iluminación eficiente

 

 

La iluminación en la consulta dental debe garantizar las condiciones óptimas para desarrollar las tareas correspondientes y contribuir a crear una atmósfera en la que el paciente se sienta cómodo. Todo esto, claro, garantizando la máxima eficiencia energética.

 

 

Diferentes espacios, diferentes necesidades

Tanto en la consulta como en las áreas administrativas, la iluminación de las zonas de trabajo debe asegurar una buena ergonomía visual, ya que es un factor que puede influir en el cansancio al final del día y la productividad en el trabajo. Hay que tener en cuenta que los puntos donde hay más o menos necesidad de luz son diferentes en función de la tarea que se debe llevar a cabo.

 

Así, en zonas de paso o en estancias como la sala de espera, será suficiente con una luz general que no necesita regularse. Unos niveles de iluminación uniformes y bien ajustados aportan confort a los usuarios de los espacios más amplios como la recepción. En general, crear entornos visuales cálidos contribuye al bienestar del paciente.

 

En otras zonas de práctica odontológica como los boxes, la posibilidad de modificar la intensidad de la iluminación, centrar los puntos de luz y dejar a otros en segundo plano facilita la creación de un ambiente cuidado de trabajo.

 

 

 

Evolución hacia la eficiencia

En cualquier caso, el ahorro energético es una prioridad, tanto por la necesidad de abaratar costes en la explotación de los centros de odontología -una realidad con que topamos cuando debemos asumir elevadas facturas de luz-, como por la aportación que el consumo racional y la reducción de la carga energética hacen a la conservación del medio ambiente.

 

El primer paso para reducir el consumo eléctrico en iluminación es medir las condiciones lumínicas reales de cada espacio y evaluar las necesidades de luz en cada recinto. Así, si queremos aprovechar la luz natural, hay que tener en cuenta las variaciones según la hora del día, la estación del año o los factores meteorológicos puntuales.

 

En el mercado, existen soluciones técnicas que permiten ajustar el aporte de luz artificial y la configuración de persianas a las condiciones lumínicas del exterior.

 

La clave para tener un buen nivel de confort y ergonomía sin sacrificar la eficiencia energética es utilizar luminarias de alto rendimiento que incorporen equipos de bajo consumo y lámparas de alta relación lúmenes / vatios, que transforman gran parte de la energía que consumen en luz. Unidas a sistemas de regulación y control adecuados a las necesidades del local, ofrecen un ambiente óptimo sin sacrificar la eficiencia energética.

 

 

 

Hablamos (también) de leds

Hay que cambiar el chip del todo y mirar hacia el futuro, aunque, de entrada, sustituir ciertas luminarias suponga una inversión. Las lámparas incandescentes dejaron de fabricarse en Europa en 2012 y los focos halógenos en septiembre de 2018 debido al bajo rendimiento. Los halógenos, por ejemplo, sólo transforman en luz un 10% de la energía que gastan, mientras que los leds transforman un 90%.

 

El desarrollo del led es relativamente nuevo, pero está evolucionando rápidamente y su uso se está imponiendo. Hoy en día, los precios son más bajos y se ha perfeccionado mucho la tecnología, con una gama más amplia de aplicaciones y lámparas capaces de durar mucho más tiempo.



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