09 May El ahorro real con energía fotovoltaica
El aumento de los precios de la electricidad ha cambiado totalmente el panorama tarifario de la energía. La mayoría de comercializadoras energéticas ya no pueden comprometerse a mantener un precio y la mayoría de contratos funcionan con precio indexado, es decir, están sometidos a las fluctuaciones de precios del mercado.
Solo hay que observar las variaciones del precio de la energía de un día a otro para ver que los costes energéticos se han convertido en una amenaza para la competitividad de las empresas de muchos sectores: industrial, turístico, construcción, comercio, por citar algunos de los más afectados.
La solución fotovoltaica
El panorama actual de precios más competitivos de las instalaciones fotovoltaicas y de ayudas públicas para la instalación, junto con las facilidades para compensar los excedentes en la factura eléctrica, ha llevado a muchos usuarios a instalar un sistema fotovoltaico con el objetivo de ahorrar costes energéticos.
Gran parte de quienes han elegido esta opción también valoran muy positivamente el hecho de contribuir a la transición hacia un modelo más sostenible de producción energética limpia.
¿Qué podemos esperar?
La instalación de sistemas de producción de energía fotovoltaica aporta una cantidad de energía autogenerada durante las horas de radiación solar. Mientras hay producción de energía solar, la instalación no consume energía de la red (la que pagamos en la factura). Cuando no hay energía autogenerada disponible, el consumo se obtiene de la red eléctrica.
Como se ve en el gráfico, hay momentos en que se produce más energía de la que necesita la instalación. En este caso, el excedente se vuelca en la red eléctrica y se compensa en la factura.
Por tanto, el ahorro que obtenemos es la suma del coste de la energía que consumimos directamente de nuestra instalación y de la reducción de la factura por la venta de la energía que no gastamos.
Las instalaciones en las que el consumo se concentra más durante las horas de mayor producción energética aprovecharán mucho más la energía autogenerada y tendrán que devolver menos energía a la red.
Los edificios más eficientes tendrán mucha más capacidad de derivar sus consumos a las franjas horarias de más producción energética.
Estudio previo
A la hora de hacer un estudio de viabilidad para la instalación de un sistema fotovoltaico, se evalúan varios factores para determinar la potencia óptima de la instalación y calcular los ahorros económicos que se generarán con el autoconsumo.
Demanda energética: Este parámetro nos indicará la potencia óptima de la instalación fotovoltaica.
Perfil de carga: Conociendo los datos de consumo en cada estación del año podemos ajustar una estimación del ahorro
Simulación de la producción: Los datos obtenidos sobre los consumos reales y la capacidad de producción fotovoltaica que se propone se cruzan con los precios de la energía para poder valorar la viabilidad económica del proyecto.
Dimensionamiento de la instalación teniendo en cuenta el marco regulatorio. Uno de los puntos a valorar es si compensa superar los 100 kW, ya que por encima de esta potencia la tramitación es más compleja y no se puede aplicar la compensación simplificada. El estudio permite calcular el coste/beneficio de las dos opciones.
Ver estudio de viabilidad real
Aumentar el ahorro
Idealmente, la instalación de un sistema fotovoltaico debe incluir herramientas que nos permitan monitorizar nuestros consumos. Para medir los consumos de la instalación y analizar los datos de manera remota tenemos opciones muy diversas, desde los contadores fiscales para instalaciones residenciales hasta sistemas de monitoreo más complejos que discriminan los costos según los equipos que los generan.
El seguimiento y análisis de los datos de consumo son el primer paso para valorar si se está aprovechando al máximo la energía autogenerada, y nos permite identificar ineficacias y oportunidades de ahorro.
Foto de Jeroen van de Water en Unsplash